El matrimonio infantil es una práctica que continúa afectando a millones de menores en todo el mundo, limitando su desarrollo y vulnerando sus derechos fundamentales.
A pesar de los esfuerzos globales para erradicarlo, este fenómeno persiste debido a una combinación de factores culturales, sociales y económicos.
En este artículo de Protection4kids, exploraremos qué es el matrimonio infantil, su prevalencia a nivel global, y sus profundos impactos en la educación, la salud y el bienestar social de las niñas.
También analizaremos las desigualdades y violencias de género que perpetúan estas uniones, la situación legislativa en Colombia y las iniciativas que buscan poner fin a esta violación de los derechos humanos.
A nivel mundial, una de cada cinco niñas se casa o vive en unión libre antes de cumplir 18 años.
A pesar de la existencia de leyes que prohíben esta práctica, el matrimonio infantil sigue siendo común, afectando la vida y el futuro de millones de niñas.
Además, entre las niñas que crecen en América Latina y el caribe, el 29% son víctimas del matrimonio infantil, en comparación con el 18% en Asia Oriental y el Pacífico, el 15% en los estados Árabes, y el 11% en Europa Oriental y Asia central.
El matrimonio infantil tiene un impacto devastador en la educación y el desarrollo de las niñas.
Al casarse, muchas de ellas se ven obligadas a abandonar la escuela para asumir responsabilidades domésticas y de crianza.
En Colombia, entre noviembre de 2022 y mayo de 2023, 473.786 jóvenes abandonaron la escuela, con el matrimonio infantil siendo un factor contribuyente.
Ministerio de educación
Estas cifras de embarazo infantil se reflejaron en las elevadas tasas de deserción escolar.
Impacto en la Salud Física, Mental y Social
Las niñas que contraen matrimonio temprano enfrentan serios riesgos para su salud física y mental.
El embarazo adolescente, común en estos matrimonios, aumenta las probabilidades de complicaciones durante el embarazo y el parto, siendo la principal causa de muerte entre adolescentes mayores.
Las uniones tempranas están estrechamente vinculadas con la maternidad en la niñez y en la adolescencia y de ahí que sean consideradas como una práctica nociva que debe ser erradicada.
(CPEM, DANE & ONU Mujeres, 2020)
Además, estas niñas suelen sufrir de aislamiento social, violencia doméstica y problemas de salud mental debido a la presión y el abuso en sus matrimonios.
El matrimonio infantil perpetúa un ciclo de pobreza y dependencia económica.
Las niñas casadas tienen menos oportunidades de acceder a la educación y, en consecuencia, a empleos bien remunerados.
Esto limita su capacidad de mejorar sus condiciones de vida y las mantiene en una posición de subordinación económica y social, perpetuando las desigualdades de género y restringiendo su autonomía.
Las relaciones en matrimonios infantiles son marcadamente desiguales, con una diferencia de edad promedio de seis a diez años.
Estas uniones están cargadas de dinámicas patriarcales y machistas, donde las niñas son sometidas a violencias basadas en género, incluyendo la pérdida de autonomía sobre su cuerpo y decisiones reproductivas.
Según UNICEF, en 2021, el 64% de las mujeres que se casaron en su infancia reportaron haber sido víctimas de violencia psicológica.
El matrimonio infantil es una costumbre arraigada en muchas culturas y sociedades alrededor del mundo, a menudo perpetuada por normas sociales, económicas y tradicionales.
En algunas comunidades, este tipo de matrimonio es visto como una manera de asegurar el futuro de las niñas, buscando protegerlas de la pobreza y la inseguridad, o incluso como una forma de consolidar alianzas familiares y sociales.
Sin embargo, estas prácticas se mantienen a pesar de sus consecuencias negativas, debido a la presión social y la falta de alternativas económicas y educativas para las niñas.
La perpetuación de esta costumbre refleja profundas desigualdades de género y una falta de reconocimiento de los derechos de las niñas a una infancia libre y a tomar decisiones informadas sobre sus propias vidas.
El matrimonio infantil es contrario a la definición de los Derechos del Niño establecida en la CDN (Convención de los Derechos del Niño) y debería ser considerado una violación a los Derechos Humanos en general.
Humanium
En Colombia, aunque el matrimonio infantil es legal bajo ciertas condiciones, existen leyes que buscan proteger a los menores.
El artículo 117 del Código Civil permite el matrimonio de chicas entre 14 y 17 años con autorización de sus familias.
Según datos del Instituto Colombiano de Bienestar Familiar, entre 2019 y 2022, se solicitaron 400 permisos para matrimonios de menores.
Sin embargo, el Código de Infancia y Adolescencia establece la protección integral de los menores, creando un conflicto entre la ley y la práctica.
A pesar de los esfuerzos, las iniciativas para prohibir el matrimonio infantil en Colombia no han tenido éxito.
Hasta ahora, se han presentado siete proyectos de ley sin aprobación. Recientemente, se radicó un nuevo Proyecto de Ley en el Congreso para prohibir el matrimonio infantil y las uniones tempranas forzadas.
Este proyecto busca alinear la legislación con los principios de protección y desarrollo integral de los niños y adolescentes, promoviendo un entorno libre de violencia y desigualdad.
En resumen, el matrimonio infantil es una práctica que viola los derechos humanos de las niñas, limitando su educación, salud y oportunidades de vida.
Es esencial continuar con los esfuerzos legislativos y sociales para erradicar esta práctica y garantizar un futuro mejor y más equitativo para todas las niñas, niños y adolescentes.
Del artículo de Juan Ricardo Palacio y Protection4kids podemos extraer las siguientes conclusiones: